John, hijo de Dios
En 1994, Janelle y Todd Voight
decidieron adoptar a un niño problemático rebotado de los servicios
sociales. Su madre biológica había sido acusada de destrucción de
la propiedad privada, por lo que fue ingresada en el psiquiátrico
Hospital Estatal Pescadero con diagnóstico de Trastorno
esquizoafectivo. Aquel niño solo tenía 10 años y se llamaba
John Connor.
Las habilidades de crianza de estos
padres adoptivos eran a todas luces deficitarias y la cohesión
familiar hacía aguas. Añadamos lo complicado de abordar a un chico
con semejante rencor hacia su madre biológica, la cual además le
inculcó que está llamado a salvar a todos los individuos del
planeta. Demasiada presión para un chaval ¿verdad?
Aunque quizá la responsabilidad del
fracaso familiar fue de los Voight. Quizá Todd no fue nada más que
otro padre alcohólico. Quizá Janelle fue una madre fría y ausente.
O quizá alguien les indicó que para que molestarse, total, a los
tres años como todo el mundo sabe “tres mil millones de vidas
humanas se apagaron el 29 de agosto de 1997. Los supervivientes del
fuego nuclear llamaron a aquella guerra "El día del juicio
final". Solo vivieron para hacer frente a otra pesadilla...la
guerra contra las máquinas”
Pocas veces se retrata tan
acertadamente el complejo de Mesías (que por cierto todavía no es
estrictamente oficial en el ámbito académico, dejémoslo claro)
como en la saga Terminator (James Cameron). Recordemos que en
el vientre de Sarah Connor se encuentra el redentor de los hombres y
mujeres. De hecho su alumbramiento obedece al esquema trino, tres
esencias, propio del cristianismo.
En el nacimiento de Jesucristo estaban
presentes dos personas (María-José) y una entidad mística
(Dios), la cual posibilita un viaje sobrehumano para enviar al
salvador de todos los semejantes desde su mundo (el
celestial) al nuestro (el terrenal).
Igualmente, en el nacimiento de John intervienen dos personas (Sarah Connor-Kyle Reese) y una tercera entidad, el mismo John desde el futuro, que se encarga de su propio engendramiento al enviar a otro salvador, Kyle Reese (el cual conocerá a Sarah y tendrán un hijo, John Connor). Igualmente el proceso supone un viaje (aunque científico, imposible para la comprensión humana) desde su mundo (el futuro) al nuestro (el presente)
Al igual que el Todopoderoso, John Connor se crea a sí mismo. No olvidemos además que John acude cual cordero de Dios mandado por el más viejo de los preceptos: el amor al prójimo. Incluso de niño pasará un tiempo por el desierto, escondiéndose de las creaciones de Skynet (como hizo Jesús con los hombres de Herodes).
El delirio Mesiánico o mesianismo es un
indicio de psicosis en el cual quien lo padece se ve legitimado para acometer
una empresa titánica (ej. Salvar el mundo) y en el que solo dicha persona puede
lograrlo. Aunque pertenezca al reino psicótico, no siempre va acompañado de
síntomas floridos. Es decir, no siempre es un cuadro llamativo, por lo que
puede pasar desapercibido en alguien que
sea funcional. Así se explica cómo han
llegado al poder personas que luego han realizado gigantescas misiones para
“redimir” a la raza humana como pueden ser las purgas
soviéticas o la Inquisición Española
Por supuesto tiene una vertiente altruista, aunque no por ello menos destructiva que sería la idea del sacrificio por el bien común, tan presente en la mitología cristiana. No olvidemos que los personajes de estas sagas, Kyle Reese, el T-800 o John Connor se sacrifican por todos nosotros.
Pero en la vida real, quienes
padecen tales delirios y toman esta decisión, no es distinto a una versión
caritativa del suicidio. Ejemplos en el año pasado temo que no han faltado:
“A todos los creyentes y guerreros de la Luz los invito a un suicidio espiritual en masa en el Uritorco. Abandonemos nuestra carne impura y transportemos nuestro espíritu a través del portal interdimensional que se abrirá a las 21 horas del 21/12/2012. ¡Unámonos al Ejército de Luz que salvará a la humanidad!“.
Volviendo a la vida de John, a modo de una parábola, esta historia habla de la andadura de Dios por el mundo pero ambientada en un futuro apocalíptico. Y dónde hay un Apocalipsis, no lo dudéis, hay un Mesías.
curioso que un delincuente juvenil acabe convirtinedose en un jefe militar. todo lo contrario a un delincuente juvenil-
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